Fantasmas coniformes se aproximan
en su purga de pecados anuales,
entre aullidos de culpa de cornetas
y bramidos de perdón de sus tambores.
Desfile de señores de madera
ornada de sangre y oropeles,
tortura envuelta en rico terciopelo
sobre devotos hombros se alza y mece.
Amalgama de cera, chicle, incienso,
pipas, rosarios y altramuces,
que sacia el corazón de los creyentes
hambriento de pasión ultraterrena.
Margobal
(p.d. sin rumbo en la noche más oscura
no me carga el mapa de la fe en el GPS…)
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar¡Ay los capillitas! jajajaja
ResponderEliminarY, ¿qué es un fantasma sino un alma perdida que deambula en busca de la paz y el descanso? Yo soy el fantasma, desde que perdí la fe...
ResponderEliminarmargobal
No veo un mapa en la "fe", más bien un limbo multidimensional en el que no hay orientación posible. Muy pintorescas y descriptivas son tus líneas.
ResponderEliminarUn saludo!
José Manuel Román
http://zattelite.blogspot.com