domingo, 9 de mayo de 2010

Soltando lastres


El sol va devorando la sombra
que acecha mis huellas distraídas.
Miro por el retrovisor
y descubro que el miedo es poco
imaginando el juego del amor
sobre el tablero de las horas oscuras.


La tierra engulle su desesperación;
nuestras palabras, nuestras mentiras
ya se desvanecen en el aire.
No queda nada del eterno sueño
en las miradas fugaces
de aquellos que volvieron de la muerte.


Este será el momento de cantar
la música de los adoquines,
de los perdedores sin consuelo.
Ya no habrá calles, ni habitaciones
en las que rumiar un amor de verano,
porque mis ojos se perderán
en los rincones del alma
donde otros lloraron conmigo.
RAFA BUENO

1 comentario:

  1. Evocaran el orgullo y la mentira, evadiendo la bondad oculta en su mirada.

    ResponderEliminar