Siete amantes tuve,
Sólo siete,
Y me prohibieron la entrada
Al siguiente puerto.
Habían cerrado los hoteles,
Y hacía un sol de injusticia.
Siete notas aprendí
Y silbé mi tango preferido,
Me exilié en un bar sin terraza,
Exponiéndome a la mirada
Furtiva de conversadores
Aburridos.
Siete sorbos di y me largué
Sin saldar cuentas ni cuentos
En un despiste desafortunado
Del joven camarero.
Y como perro viejo siete ladridos
Conseguí para aquella ocasión
En que no hubiera nada que morder,
Siete vidas le compré a un gato sin botas
Me las jugué en el casino de los besos,
Y acribillando cualquier metafísica
Me hice adicto a la mentira de los espejos,
Esos en que te vi desnudarte la primera vez,
Esos en que se dormía tu lengua y la mía:
- Estás preciosa vestida de vicio.
Me extravié de tus pasos
Y me reencontré con mis andanzas,
Y andante, pero no caballero, otra vez,
Siete amantes volví a querer,
Pero te echo de menos tanto
Que a veces ni me conozco tan menguado,
Solicitando estufas en cada portal,
Desquiciando a los carteros,
Sin cobertura para nadie,
Rastreando las cunetas,
Visitando todos los entierros,
Leyendo las pintadas,
Viendo los informativos
Periódico y café para la mañana, por favor.
Siete maldiciones tengo,
Siete ausencias y silencios,
Siete olvidos,
Siete sueños,
En una semana sin tu rastro
En una semana perpetua,
En una semana
Que nunca te tengo.
