jueves, 24 de junio de 2010

YOGUR


busco en el reverso

de la tapa alzada con taimada excitación

algún presente o sorpresa trivial que anime

mi existencia




y no comprendo

por qué los envases de yogur tienen

estrías que impiden apurar la vida

a fondo





margobal







martes, 15 de junio de 2010


I

Mi grito no rompe ningún silencio ajeno,
Se confunde con alaridos de sombra,
Con llanto de escoba, con sucios suelos,
Mi grito se pierde tras el sudor de enfermos aguaceros.
En mi fonema vacío y gaseoso
Se vislumbra la miel del insomnio
Y el pecado de una soledad culpable,
Punible para ciertos sectores de la población.
Mi grito es un vector roto,
En el comienzo un suspiro y un anhelo,
En el final un nombre que sepultar.

II

Afónico te busco entre viejas canciones,
En la calle el viento despeina mi libertad mal concebida,
Otra noche más tratando de preñar el olvido,
Pero he de rendirme pronto
No me quedan fuerzas para fecundar sueños vividos,

III

Cuento las monedas...
Suficientes para abandonar mi estabilidad emocional,
Mañana despertaré implorando al cielo
Un poco más de sobriedad.

IV

Tras la noche necesito encontrarme,
Como supuse, me perdí en esta ciudad no demasiado grande,
Dejé en paradero desconocido la poca esperanza
que resistía en mi corazón de cemento,
y, como supuse, he vuelto a tomar el tren de mi angustia.
No estás tú,
sigues sin estar tú.

V

En el boulevard palomas,
Pasos pasivos penitentes,
Sin paz en mis entrañas
Torno a escuchar los gallos encarcelados
en agujas de reloj responsable.

VI

¿Qué buscas?

- Sólo una respuesta.
-¿Para qué?
- Esa es la respuesta que siempre me brindaste.
Sin consuelo veo tu silueta hacer escapar a mi alma,
Burlando mis aduanas nunca vigiladas,
Huye tras el mar de tu sombra,
Sin saber nadar, mi cuerpo se queda en tierra firme,
Mientras los buitres del destierro
se preparan para un nuevo banquete.





lunes, 7 de junio de 2010

MIS ABUELOS









Mediodía en la dehesa más hermosa

bajo encinas se cobijan las ovejas

ladra contenta

la Sofi al verla

tocada con pañuelo en el cabello

y a juego su mandil en el regazo

ella se acerca

y él la espera

una brizna de pasto en la sonrisa

ojos azules bajo el ala del sombrero

se acarician

y se besan

cogidos de la mano marchan juntos

a cuidar de su predio y su ganado

y desde lejos

medio vueltos

me saludan con afecto se despiden

de ese niño pastor que llevo dentro

llega mi otoño

acabó el verano

quién echará la merienda en mi zurrón

quién hará esta noche el gazpacho

en la barreña


marcial

(Gracias por mi infancia. Preparad migas, voy al alba…)