
Te espero a ti amada desconocida,
ignorando el dónde
y el con quién duermes.
Te deseo a ti amante perdida,
sin importarme
el cuándo convegeremos
afuera de este dédalo de soledades.
Princesa anónima,
no pienses que estás sola...
en tu lecho habita un sueño:
el mío contigo